lunes, 28 de febrero de 2011

"El instante" por André Masson

André Masson (1896-1987)

"Slays", 1931 por André Masson

Por un momento contemplemos cómo se comporta la naturaleza; persuadirse de aquello que da esencialmente señales de vida: el aire y la luz.

Contentarse con comunicar a través de un aspecto de las cosas; este aspecto sería el más tenue, el más fugitivo.

Abandonar la ideografía, renunciar al espacio lineal y refugiarse en el espacio aéreo: esto sería penetrar instantáneamente en otro mundo.

La tendencia por lo primitivo introdujo el diseño en la obra pictórica y se manifiesta por la limitación del contorno que separa un objeto de otro, la luz real -la viva- no es de una parcialidad tan abusiva.

Disuelve las arquitecturas; prescinde de toda macicez.

La luz, decía un pintor de antaño, es como el agua; toma bien o mal su curso y al instante recobra su nivel.

Pequeña historia de la luz pictórica. En la pintura verdaderamente primitiva, dedicada a fines didácticos o teológicos, el contorno es primordial, es decir el signo; el color es secundario, interviene en forma expresiva o simbólica; la luz es abstracta.

Por lo tanto, en la medida que el arte de la pintura se emancipa, y se transforma en expresión lírica -e individual- la luz se impone amorosamente. La luz es una consecuencia, exquisita o patética.

Pintar es hacer aparecer, sobre una superficie vacía, las formas; más es menester sugerirlas por la luz, en vez de precisarlas con las líneas. Este empeño - el de la emancipación pictórica- es el más generoso y desarrollado (tengamos en cuenta la excelencia de aquellos que se lo propusieron); ha dado gloria a la pintura de caballete, y ésta sigue siendo, en Occidente, la forma en que se ha manifestado la gran pintura...

André Masson

lunes, 14 de febrero de 2011

El impresionismo del pintor venezolano Emilio Boggio

03- Atardecer

02- Fin de jornada

01- Le moulin de Perigny

Emilio Boggio (1857-1920). Es uno de los pintores venezolanos más importantes de todos los tiempos y su nombre y obras han trascendido las fronteras nacionales para convertirse en patrimonio de la humanidad. Se trasladó a París, en compañia de sus padres, a la edad de siete años (1864) y realizó estudios académicos regulares hasta 1873, año en el que regresa a Venezuela donde permanecerá hasta 1877. Luego retorna nuevamente a París para comenzar estudios formales de arte en la academia Julian. Algún tiempo después empieza a recibir honores en formas de premios y distinciones de todo tipo por su actividad pictórica. En 1888 gana una “Mención de Honor” en el “Salón de Artistas Franceses” y al año siguiente (1889) logra una medalla de bronce en la “Exposición Universal de París”, mientras que en 1899 fue igualmente premiado en el “Salón de Artistas Franceses”. Hasta aquí todos estos premios fueron ganados en “Salones Oficiales”, o lo que es igual: fueron premios académicos otorgados a trabajos dentro de los cánones estéticos de la academia. Algo que no iba a durar mucho más tiempo.

En 1900 y en ocasión de la exposición retrospectiva “Cien años de la pintura francesa”, fue que Emilio Boggio conoció a Claude Monet (1840-1926) y Camille Pisarro (1830-1903), dos de los más importantes artistas impresionistas y ambos figuras claves de dicho movimiento. Este encuentro va a ser decisivo en el posterior desarrollo plástico de Boggio, que se va a apartar definitivamente de la rigidez del modelo académico y su detalle minucioso para comenzar a hacer una pintura más suelta al aire libre, llena de color-luz y más centrada en los efectos de la luz natural sobre los objetos que pueblan los temas de nuestra vida cotidiana y que se llamó “impresionismo” (lámina 01). Este fue su punto de partida para las nuevas corrientes estéticas que muy pronto van a constituir el llamado arte contemporáneo y en las que va a estar presente.

Tras años de dedicación a la pintura impresionista y cuando aún este estilo disfrutaba de plena actualidad, vemos en Emilio Boggio operarse una segunda evolución -recordemos que la primera fue de la academia al impresionismo- que lo llevó a incursionar en el postimpresionismo, el estilo de sus contemporáneos Georges Seurat (1859-1891) y Paul Signac (1863-1951).

Desde esta nueva perspectiva plástica pintó obras del llamado “puntillismo” o “divisionismo”, de las que hoy se conservan algunas (ver lámina #02 ). Posteriormente va a pintar algunos cuadros que por su modernismo van a estar muy próximos a la abstracción, aunque esta no fuera su intención (ver lámina #03). En el caso de Boggio no puede aducirse lo mismo que con Monet, donde muchos especialistas aseveran que toda esa aventura plástica, decididamente abstracta de Monet en el estanque de su jardín en Giverny se debía a problemas visuales, pues hasta donde sabemos nunca se ha hablado de las “cataratas” de Emilio Boggio.

Por aquello de que “De buenas intenciones está empedrado el camino al infierno”, hemos leído muchas veces que Emilio Boggio fue pionero del impresionismo en Venezuela. Lo cual es cierto y no es tema a debate, pero el caso real es que con esa afirmación se está desconociendo que la labor de Emilio en Europa trascendió ampliamente los marcos de su frontera natal, pues fue grande entre los grandes; aunque en la actualidad, como con otros tantos creadores, permanecen en el lado oscuro del conocimiento público por falta de divulgación, pero no de genealidad.

Roberto Cayuso