lunes, 30 de noviembre de 2009

El expresionismo belga y nórdico



Las obras de James Ensor y Edvard Munch, son el ejemplo más notable del llamado expresionismo belga y nórdico. Ambos nos muestran desde una simbología propia lo endeble de la materialidad, los sentimientos, los estados del alma, los miedos subjetivos, las fantasías y los sueños, en los que la utilización expresiva del color y la gestualidad del trazo son parte fundamental en la obra de ambos.

Ensor, mediante el uso de los colores incandescentes, pinta desfiles fantasmales de enmascarados y de personajes misteriosos; recreando la oposición hostil del individuo. La máscara, motivo fundamental de toda la obra de Ensor, se convierte en la expresión de lo amenazador y desconocido.

El expresionismo en la obra del noruego Munch, se evidencia en sus representaciones del miedo, la desesperación y la morbosidad. Todos temas que representó para liberarse a si mismo de sus demonios. Munch, a través de su obra, logra transmitir al espectador esos sentimientos básicos humanos como lo son el horror y la muerte.

El expresionismo, por su importancia, fue mucho más que una expresión artística, pues se convirtió en una actitud recurrente en ciertas etapas de la historia del arte y su aporte fue decisivo en la consagración del cine, como expresión artística, en películas como “El estudiante de Praga”, “El Golem” y la que llegaría a ser la máxima expresión de la escuela expresionista alemana: “El gabinete del Dr. Caligari”



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