lunes, 27 de diciembre de 2010

La pintura cubana (primera parte)

Víctor Manuel (1897-1969) "Los novios"
01-Vida y muerte de la mulata por Víctor Patricio Landaluze

Hace casi un siglo que se inició el movimiento moderno en la pintura cubana. Movimiento que ha sido considerado por la mayoría de los especialistas como el período más importante y creativo de toda la plástica cubana. Anteriormente le antecedió un largo proceso de coloniaje español que duró casi cuatro siglos. Durante parte de esa época, desde el siglo XVI hasta finales del siglo XVII, fueron hechos algunos grabados de temas cubanos realizados por artistas europeos, muchos de los cuales jamás habían estado en Cuba. En las postrimerías del siglo XVIII surgen en el panorama nacional dos artistas nacidos en Cuba: Francisco Javier Baez (1746-1828) y Manuel Antonio Parra (1768-?), hijo de Nicanor Parra, que realizó los grabados para el libro de su padre sobre los peces en Cuba.

Posteriormente en el siglo XIX llegan a Cuba, atraídos por el desarrollo de la industria del tabaco y el movimiento gráfico que ello provocó, figuras como Hipólito Garneray (1787-1858), Federico Mialhe (1800-1868), Eduardo Laplante (1818) y James Gay Sawkins (1806-1879) entre otros.

En la pintura específicamente podemos citar a artistas como José Perovani (1765-1835) y Juan Bautista Vermay (1786-1833), este último primer director de la Escuela San Alejandro, fundada en La ciudad de La Habana en 1828. En el propio siglo XIX llega de España el pintor Víctor Patricio Landaluze (1826-1889), interesado en los temas costumbristas sobre todo en el mundo de los esclavos negros. Además de pinturas hizó ilustraciones, caricaturas y las famosas marquillas para tabacos como la conocida serie “Vida y muerte de la mulata” -ver ilustración 01- en las que colaboró Landaluze.

De los primeros pintores nacidos en Cuba tenemos en el siglo XVIII y primera mitad del XIX a Nicolás de la Escalera (1734-1804), Juan del Río (1748-?), Tadeo Chirino (1717-1791) y Vicente Escobar (1762-1834). En la segunda mitad del s.XIX arriban a Cuba extranjeros como Eliab Metcalf, Henry Clenewerk (1818-1901) y Valentin Sanz Carta (1849-1896). Cubanos como los hermanos Chartrand, los Melero y los Menocal, constituyero verdaderas familias de pintores y otros como Guillermo Collazo, Armando Menocal, Leopoldo Romañach, etc., también fueron destacados artistas de la época que con sus trabajos ayudaron a cohesionar e ir dándole una fisonomía propia al incipiente movimiento plástico cubano.

Ya inaugurada la república en 1902, y entrando a fines de la década de los diez, la academia cubana comienza a perder su influencia en el quehacer artístico cubano sobre todo a partir de la renovación artística que en europa trajeron los impresionistas, postimpresionistas, fauvistas, cubistas y expresionistas y que tuvo gran repercusión en Cuba. Artistas formados dentro de la Escuela Nacional de Arte San Alejandro, de La Habana, como lo fue Víctor Manuel (1897-1969), que hacia 1917 empieza a apartarse de los estrechos cánones estéticos de la academia y comienza a hacer una pintura más moderna y espontánea. La caricatura y la ilustración gráfica jugaron un papel más de avanzada que la pintura. Rafael Blanco (1885-1955) hace obras de estilo expresionista a fines de la década de los diez, mientras Conrado Massaguer (1889-1956), hacía caricaturas muy modernas para la revista Social en la década de los veinte; pero no fue hasta 1927 con la Exposición de Arte Nuevo que presentó la Revista de Avance en 1927, que el arte moderno en Cuba se vistió de gala con la muestra de obras de Víctor Manuel, Eduardo Abela (1889-1965), Carlos Enríquez (1900-1957) y otros muchos que en ese momento formaban parte de lo mejor de la vanguardia cubana.

Fueron las revistas de Avance y posteriormente Orígenes dos de las más importantes publicaciones de la época y tuvieron un papel primordial en el movimiento cultural de entonces. Críticos como Guy Pérez Cisneros, Lezama Lima, Gómez Sicre, Jorge Mañach, Edmundo Desnoes, etc. realizaron una labor enorme dentro y fuera de Cuba para la difusión y valoración de la nueva pintura.

Roberto J. Cayuso

lunes, 13 de diciembre de 2010

El paisaje de Pedro Amador

Tomando el entorno natural como punto de partida, Pedro Amador ha construído con múltiples recursos y gran energía un paisaje unitario que toma en cuenta cada detalle, por pequeño que sea, imprimiéndole un sentimiento íntimo a la vez que personal.

Guiado por la razón, pero sin aceptar limitaciones impuestas por el tema, se deja llevar en las alas de sus sueños hacia un universo de colores e imágenes que nos hablan de paisajes y donde manifiesta su gran sensibilidad presente en cada detalle y en cada línea donde sentimos vibrar su inspiración. En la representación de la pequeña hoja, en el tranquilo arroyo, o en la majestuosidad del mar siempre vamos a sentir una sensación de vida y frescor de orilla.

Pedro Amador es parte de esa nueva generación del paisajismo cubano, heredero de la vieja tradición de los hermanos Chartrand, Valentín Sanz Carta, Domingo Ramos y tantos otros que en su momento dieron lustre al paisaje cubano.

Pedro es, sin dudas, un talentoso creador y figura destacada en el mundo del paisaje. Sus inspiradas obras dejan en nosotros una huella perdurable producto del contacto con su arte magistral.

Roberto J. Cayuso

domingo, 28 de noviembre de 2010

José Mijares: "El color sin fronteras"


Mijares es uno de los grandes de la pintura latinoamericana y un auténtico creador, dotado con un peculiar estilo con el que es capaz de reunir en un determinado orden líneas y colores. Creando un todo capaz de una existencia estética que trasciende el tema. En su pintura se aprecian elementos surrealistas en lo referente a la irracionalidad que nos muestra a través de seres, algunas veces inertes y descarnados, que en ocasiones de mezclan o convierten en caprichosas formas geométricas que evocan temas espaciales y donde la imaginación se recrea con lo inverosimil en su eterna busqueda de nuevas formas.

Roberto J. Cayuso

El color sin fronteras, es un documental que nos adentra en la órbita de Mijares. A través de él conocemos como transcurrió una parte de su existencia e inquietudes. Casi sentimos que somos llevados de su propia mano, mientras nos va narrando pasajes de su vida y de la época que le tocó vivir.
Este documental fue dirigido por Willy Vázquez, mientras que la narración y la investigación histórica estuvo a cargo de Roberto Cayuso.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Realismo Socialista

05-Hitler y Lenin (pinturas)

04-Carteles propagandísticos de Alemania y Rusia durante la Segunda Guerra Mundial en los que aparecen Hitler y Stalin

03-La defensa de Sebastopol por Alexander Deineka

02-Lenin y sus seguidoress, 1927


01-Los picapedreros (1848) de Gustavo Courbet.--Mujeres planchando por Degas.--Las recogedoras por Millet

Los orígenes del “Realismo Socialista” se encuentran en el “Realismo”, un movimiento artístico que tuvo su desarrollo a finales de la primera mitad del siglo XIX y que muy bien definió el crítico de arte Castagnary como “un arte que es la expresión de la vida bajo todos sus modos y en todos sus grados” y en el que se prescinde de todo intento de modificación tendiente al embellecimiento del tema y, por el contrario, son tratados asuntos de la vida diaria en los que destacan trabajadores, obreros y campesinos. (ver ilustración 01)

El “Realismo Socialista, aunque lo vemos durante la Rusia stalinista e incluso antes, desde el triunfo de la “Revolución de Octubre” (1917) -ver ilustración 02-, no fue hasta principios de los años ‘30 que se impuso como un estilo muchas veces monumental y de un carácter decididamente épico, a la vez que heroico que lo diferenció del “Realismo”. (ver ilustración 03)

Cabe destacar que igual que casi todo movimiento plástico que tiene sus ideólogos que escriben manifiestos y establecen lineamientos a seguir dentro del movimiento. También cada movimiento social ha deseado ser representado por una corriente plástica que a la par que lo legitime lo de a conocer. A lo cual no fue ajeno este movimiento que tuvo en la figura del dramaturgo alemán Bertolt Brecht (1898-1956), uno de sus mayores propugnadores.


Muchas veces se ha dicho que el “Realismo Socialista” es “una corriente estética cuyo propósito es llevar los ideales del comunismo al terreno del arte”. Lo cual es cierto, pero sólo en parte, pues se olvida que además de representar los ideales comunistas sirvió para fines similares a la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial (ver ilustración 04 y 05).


Hay algunos especialistas que plantean que “no puede hablarse de un estilo o lenguaje artístico nazi, pues éste no es un movimiento autónomo o una actitud poseedora de base estética.” La realidad es que tan discutible es la base estética del llamado "arte nazi", como lo es la del “Realismo Socialista”, en cuanto a que cada uno subordinó la estética a la política y ambos por igual se valieron de un arte ecléctico conformado por ingredientes tan diversos como lo son el arte griego, el renacimiento y el barroco; usados con formas y en actitudes destinadas a la exaltación de ciertos ”valores patrios” con fines propagandísticos.

Roberto Cayuso



domingo, 14 de noviembre de 2010

La angustia

"El grito" de Edvard Munch

El concepto de angustia aparece muy relacionado con el problema de la moral, de modo que llega a constituir uno de sus principales componentes, y a este respecto dice el propio Sartre: “El existencialismo suele declarar que el hombre es angustia. Esto significa que el hombre que se compromete y que se da cuenta de que es no sólo el que elige ser, sino también un legislador, que elige al mismo tiempo que a sí mismo a la humanidad entera, no puede escapar al semtimiento de su profunda y total responsabilidad.”

Como se ve, Sartre concibe la angustia como el sentimiento que produce en el hombre la conciencia de que cada una de sus decisiones lo afecta no sólo a él, sino también a los otros. O sea que la angustia es para Sartre un estado de ánimo que revela la preocupación por el mundo en cuanto se refiere a la posibilidad de actuar en él, como igualmente por lo que toca a sus resultados. Porque, además -y en esto se aparta Sartre bruscamente de Heidegger cuando escribió: “nunca podemos elegir mal; lo que elegimos es siempre el bien, y nada puede ser bueno para nosotros sin serlo para todos”. Lo cual equivale a afirmar que existe una predeterminación del mundo en el hombre y reciprocamente, sin la cual ni hay ni puede haber ni existencia ni mundo.

En Heidegger, por el contrario, en su filosofía, la angustia no la produce el mundo concreto de las cosas y los sucesos. Es el mundo como tal, la pura mundanidad la causa de la angustia. Por el contrario de lo que afirma Sartre, para Heidegger la angustia reduce, pulveriza y aventa esas circunstancias del mundo como tal que son el mundo del trabajo y el mundo circundante, el de cada cual en el mundo en su estado puro. De modo que la angustia que experimenta el "Dasein" la debe a sí mismo, y tiende, no como en Sartre a procurar una realización de la existencia que nos afecta individual y colectivamente, sino a escapar de ese mundo de la inautenticidad para retornar, en la medida de lo posible, por lo menos al sentimiento de la situación original, que devuelve al hombre su dignidad existencial.

Humberto Piñera Llera 1911-1986
Profesor cubano de filosofía y de literatura, nacido en Cárdenas y fallecido en Houston, Texas. Se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana en 1942, siendo luego profesor y, desde 1955, catedrático en la misma. Colaboró con Roberto Agramonte en la organización y edición de la Biblioteca de Autores Cubanos, colección que publicó a los grandes pensadores cubanos del siglo XIX. Fue uno de los fundadores en 1945 del Grupo filosófico-científico de La Habana.

domingo, 31 de octubre de 2010

Constructivismo ruso

Soldados bailando por Mikhail Larionov (1881-1964)

Alexander M. Rotchenko (1891-1956)

Tercera Internacional o Torre de Vladimir Tatlin (maqueta)

El nombre del movimiento artístico “constructivismo” se dio a conocer publicamente en 1921, aunque ya existía desde bastante antes. Fue un movimimiento plástico que tuvo su mayor realce en la arquitectura, la escultura y la pintura. Pasó a incorporar, en la creación de sus nuevo formulado plástico, ciertos materiales industriales como el acero laminado, el cristal, los metales, plásticos, etc.

El "constructivismo ruso" es una forma más de la “abstracción” que tuvo primero en Rusia, antes, durante y después de la “Revolución Rusa”, su máximo apogeo. Mientras que fue hacia 1917 cuando llegó a Holanda junto a los emigrados rusos. Posteriormente, en éste país, un grupo de artistas holandeses y de otras nacionalidades constituyeron el núcleo holandés constructivista, que más tarde pasaría a ser “De Stijl”. Entre estos artistas se encontraban Piet Mondrian (1872-1944), Theo van Doesburg (1883-1931), (Georges Vantongerloo (1886-1965) y otros más quienes lograron la internacionalización de un movimiento plástico hasta entonces confinado a la frontera rusa.

Para los constructivistas rusos el arte y la utilidad van de la mano, pues concibieron sus creaciones con “ansias reconstructivas de una nueva sociedad”, es decir, con un afán de transformación profunda del entorno social y más para lo que se valieron, entre otras, de la arquitectura, el diseño y la escenografía.

Entre las figuras claves del “constructivismo ruso se encuentran ”Vladimir Yevgrafovich Tatlin (1885-1953), Alexander Rodchenko (1891-1956), Mikhail Larionov, Naum Gabo (1890-1977), Antoine Pevsner (1886-1962) y Liubov Popova (1889-1924).

Cabe destacar que muchos de estos artistas, como frecuentemente ocurre, militaron en diferentes corrientes estéticas, por lo que resulta fácil verlos en ocasiones como suprematistas, cubistas, rayonistas, etc.

Roberto Cayuso

sábado, 16 de octubre de 2010

Apropiaciones artísticas

01-Giorgione y 02-Manet

03-Pablo Picasso

Leonardo Da Vinci y Marcel Duchamp

05-Pintura de Fernand Leger-----05a-Máscara africana

“Más que un coleccionista de objetos, Picasso era un coleccionista de ideas”. Jean Paul Barbier

Lo que hoy conocemos como apropiaciones artísticas pictóricas es algo que existe desde hace mucho tiempo. Las apropiaciones pueden y de hecho son de diferentes tipos, siendo quizás una de las más frecuentes aquellas donde el artista, a través de su propia visión, retoma el tema de una obra realizada por otro con anterioridad y la desarrolla con algunas variantes y un similar arreglo compositivo. Creando así su propia versión de una obra previamente ejecutada como en el caso de “Almuerzo sobre la hierba” de Edouard Manet, realizada entre 1862 y 1863 (lámina 02), la cual independientemente de sus propios valores, que nadie cuestiona, no deja de ser una legítima apropiación temática de la “Fiesta campestre" de Giorgione -1477-1510- (lámina 01).

Otra clase de apropiación es aquella donde el artista interpreta desde otra óptica, y para ello vamos a tomar como ejemplo nuevamente el “Almuerzo sobre la hierba” de Manet, pero ahora realizado con diferentes presupuestos plásticos a los que el propio Picasso contribuyó creando una nueva expresión artística. En la apropiaciones que Picasso hizo de este tema (lámina 03) no existe el propósito de atacar el “Almuerzo sobre la hierba” de Manet, como algunos críticos han señalado, sino simplemente el placer de hacer lo mismo que hizo Manet con la obra de Giorgione, pero ahora desde una nueva manera de hacer y ver el arte: el “Cubismo”.

Existe otro tipo de apropiación, altamente corrosiva y muy a tono con la filosofía del movimiento “Dada”, aparecido en Europa y norteamérica entre 1916 y 1922, en donde un grupo de artistas van a tratar de imponer una visión de caos y destrucción del “viejo arte” en favor de lo que llamaron el “antiarte”. Una de las figuras claves de ese movimiento lo fue Marcel Duchamp (1887-1976) que un día de 1919, partiendo de una tarjeta postal de la Mona Lisa (lámina 04), una de las pinturas más famosas de la pinacoteca mundial y obra de Leonardo da Vinci. Le añadió bigote y barba, logrando así parodiar la gran obra al apropiarse de la imagen y alterarla para sacarla de de su contexto original, creando así una nueva e irreverente lectura plástica de la Mona Lisa.

Por último no queremos pasar por alto otra modalidad, bastante frecuente, de apropiación que a diferencia de las anteriores sólo va a incorporar en la obra original del artista un elemento de otra obra (pintura o escultura), que con algunos pequeños cambios va a formar parte de una nueva y diferente producción artística. (lámina 05 y 05a).

La realidad que eso de los objetos artísticos que pasan a formar parte en la creación de otras obras, fue un recurso utilizado por muchos artistas europeos en los comienzos del siglo XX. Con el surgimiento del arte contemporáneo; artistas como Matisse, Picasso, Leger y otros vieron en las máscaras africanas, que recién arribaban a París, algo que los emocionó de tal manera, que poco tiempo después los vemos coleccionándolas y reflejándolas, de mil maneras diferentes, en sus pinturas.

Roberto J. Cayuso

domingo, 3 de octubre de 2010

"Land Art" (Arte Terrestre)

Thomas Kneubühler’s “Electric Mountains”


Spiral Jetty, 1970, by Robert Smithson

Christo and Jeanne-Claude: Surrounded Islands (1983)

El Land Art o Arte Terrestre es una expresión artística que trasciende, por su monumentalidad, los soportes utilizados habitualmente por los artistas como el lienzo o la madera. Igualmente los espacios en que tradicionalmente habían sido utilizados para la exhibición de obras de arte, museos o galerías, se convirtieron en escenarios naturales como playas, islas, ríos y otras veces puentes, edificios, etc. Los cuales, dentro de su contexto natural, son alterados mediante el empleo de las más diversas técnicas y materiales.

Por razones de la monumentalidad, como parte inherente del “Land Art”, se hace imposible su traslado a los espacios tradicionales de exhibición y es en ese punto que entra a jugar la fotografía, muchas veces firmada y limitada, y los videos como elementos principalísimos de coleccionismo y divulgación.

Cuando hablamos del “Land Art” lo estamos haciendo de un arte que utiliza la naturaleza para transformarla, pero no desde un ángulo crítico desde el cual mostrarnos el uso violento e indiscriminado al que el hombre somete a la naturaleza. No, la realidad es impresionarnos con la aprehensión de un paisaje majestuoso y natural, alterado de diferentes maneras y donde lo ecológico y su preservación no sólo no es tenido en cuenta, sino que en ocasiones se ha señalado al “Land Art” como responsable de posibles daños contra la flora y la fauna en los lugares donde han sido hechas sus “instalaciones”.

Por razones obvias el “Arte terrestre” es un arte efímero y cambiante que, como ya hemos visto, se llega a él a través de su interdependencia con la naturaleza y donde lo importante reside en la visualización del paisaje como objeto transformado por el artista.

Roberto Cayuso

domingo, 26 de septiembre de 2010

Vicente Dopico: "El caos y la imagen"




En la obra de Vicente Dopico vamos a ver la expresión de las formas, usualmente humanas, llevadas a su máxima expresión de color-luz. Dopico es un pintor que, aunque se regocija en el dibujo debemos seguirlo atendiendo el color de sus creaciones, pues es ahí donde radica su mayor disfrute, ya que es a través del color que nos entrega todo su mundo de imágenes intimistas y perfectas.

En una ocasión Dopico dijo: “ Considero que una obra no es sólo la impresión de una imagen o color, o la combinación de ambos sobre una superficie, llenando el espacio de una pared. El arte, en este caso una pintura, es la manifestación emocional del artista que la produce, y su función principal es que el observador posible se convierta no solo en espectador sino en parte activa del cuadro.

Decia Mark Rothko: -Un cuadro cobra vida ante la presencia de un observador sensible, ante el cual se desarrolla y crece-, sin embargo yo creo que es responsabilidad del artista producir esa obra que contenga personalidad propia. Hay artistas que se abrazan al preciosismo y la técnica y dejan a un lado la verdadera esencia de la obra que es comunicar emociones.

Yo considero que si una obra no posee vida propia, y una capacidad para transmitir el sentimiento con que fue creada, carece de sentido artístico, aunque sea técnicamente perfecta, y su función no pasará de ser meramente decorativa”.

Roberto J. Cayuso

"El caos y la imagen" es un documental dirigido y editado por Roberto Cayuso y producido bajo el sello de Art Works Productions. En el mismo se muestran algunos de los aspectos más sobresalientes de la obra y la vida de Vicente Dopico Lerner, maestro de formas y colores.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Las obras de arte más costosas

"Nude, Green Leaves and Bust" por Pablo Picasso

$106,482,500 - Pablo Picasso (Nude, Green Leaves and Bust)
$103,800,500 - Alberto Giacometti (L'HOMME QUI MARCHE I)
$87,936,000 - Gustav Klimt (Portrait of Adele Bloch-Bauer II)
$86,281,000 - Francis Bacon (TRIPTYCH, 1976)
$82,500,000 - Vincent Van Gogh (Portrait du Dr. Gachet)
$80,549,390 - Claude Monet (Le Bassin Aux Nymphéas)
$79,304,700 - Peter Paul Rubens (The Massacre of the Innocents)
$78,100,000 - Pierre A. Renoir (Au Moulin de la Galette)
$72,840,000 - Mark Rothko (WHITE CENTER (YELLOW, PINK AND...
$71,720,000 - Andy Warhol (The New Spirit)
$60,502,500 - Paul Cezanne (RIDEAU, CRUCHON ET COMPOTIER)
$60,002,500 - Kasimir Malevich (SUPREMATIST COMPOSITION)
$52,309,990 - Amedeo Modigliani (Tête)
$47,585,330 - Raffaello Sanzio Raphael (Head of a Muse)
$46,048,160 - Henri Matisse
$44,367,880 - Joseph Turner (MODERN ROME - CAMPO VACCINO)
$39,241,000 - Paul Gauguin (te poi poi)
$39,241,000 - Fernand Leger (ETUDE POUR 'LA FEMME EN BLEU)
$38,162,500 - Edvard Munch (VAMPIRE)
$38,096,000 - Ernst L. Kirchner (Berliner Strassenszene)
$37,429,760 - Constantin Brancusi (Madame L.R. (Portrait)
$37,042,500 - Edgar Degas (DANSEUSE AU REPOS)
$35,202,500 - Georges Seurat (AU DIVAN JAPONAIS)
$33,641,000 - Lucian Freud (Benefits Supervisor Sleeping)
$33,029,030 - Edouard Manet (PORTRAIT DE MANET PAR LUI-MÊME)
$32,964,400 - Rembrandt Van Rijn (Portrait of a man...)
$32,656,020 - Giovanni A. Canal (VENICE, THE GRAND CANAl...)
$29,600,370 - Gino Severini (DANSEUSE)
$28,642,500 - Jasper Johns (Flag)
$27,702,500 - George W. Bellows (Polo Crowd)
$27,662,240 - Piet Mondrian (Composition in Blue, Red, Yellow and Black)
$27,120,000 - Willem de Kooning (Untitled XXV)
$26,896,000 - Edward Hopper (Hotel Window)
$25,783,060 - Jeff Koons (Balloon Flower (Magenta)
$24,417,180 - Antoine Watteau (La Surprise...)
$24,326,830 - Franz Marc (WEIDENDE PFERDE III (GRAZING HORSES III)
$23,962,740 - Andre Derain (ARBRES À COLLIOURE)
$23,816,000 - David Rolland Smith (Cubi XXVIII)
$23,561,000 - Yves Klein (MG 9)
$17,737,000 - Thomas Moran (Green River of Wyoming
$17,219,550 - Chaim Soutine (L'Homme au Foulard Rouge)
$17,065,000 - Joan Miro (LA CARESSE DES ETOILES)
$16,983,140 - Diego Velazquez (SANTA RUFINA)
$16,882,500 - Wassily Kandinsky (STUDIE ZU IMPROVISATION 3)
$16,816,000 - Max Beckmann (Self Portrait with Crystal Ball)
$16,256,000 - Roy Lichtenstein (In The Car)
$15,709,010 - Gerhard Richter (KERZE (CANDLE)
$15,416,000 - Norman Rockwell
$15,161,000 - Takashi Murakami (MY LONESOME COWBOY)
$15,053,760 - Domenico Zampieri (Saint John the Evangelist)
$14,757,120 - Daqian Zhang (Aachensee)
$14,601,000 – Robert Rauschenberg (OVERDRIVE)
$14,601,000 - Camille Pissarro (L'Hiver)
$14,600,000 - Jean Basquiat (UNTITLED)
$14,160,080 - Giorgio De Chirico (Il Ritornante)
$14,041,000 - Paul Signac (Cassis. Cap Canaille)
$14,007,840 - Frans Hals (PORTRAIT OF WILLEM VAN HEYTHUYSEN...)
$13,802,500 - Kees Van Dongen (JEUNE ARABE)
$13,760,000 - Marc Chagall (Le Grand Cirque)
$13,595,000 - Anthony Van Dyck (SELF PORTRAIT)
$12,814,830 - Bernardo Bellotto (Rome - The Forum with the Temple of Castor...)
$12,404,250 - Andrea Mantegna (THE MADONNA AND CHILD)
$12,055,340 - Lodovico Carracci (Salmacis and Hermaphroditus)
$11,655,500 - Jackson Pollock (Number 12, 1949)
$11,574,560 - Theodore Gericault (Portrait d'Alfred et Elisabeth Dedreux)
$11,259,370 - Peter Doig ( (White Canoe)
$11,040,000 - Guanzhong Wu (A Village of Xishuangbanna)
$10,883,780 - Natalia Goncharova (Les fleurs)
$10,681,000 - Tom Wesselmann (Great American Nude N0. 48)
$10,368,790 - Rene Magritte (Le prétre marié)
$10,344,000 - Andrew Wyeth (Ericksons)
$10,162,500 - Philip Guston (BEGGAR'S JOYS)
$10,162,500 - Georges Braque (La Treille)
$10,162,500 - Hendrick Brugghen (BAGPIPE PLAYER IN PROFILE)
$10,121,000 - Piero Manzoni (ACHROME)
$ 9,906,000 - Bruce Nauman (Henry Moore Bound to Fail)
$ 9,840,000 - Donald Judd (Untitled, 1977 (77-41 Bernstein)
$ 9,673,000 - Edward Hicks (THE PEACEABLE KINGDOM WITH THE LEOPARD...)

martes, 7 de septiembre de 2010

Pintura Mexicana, 1946

David Alfaro Siqueiros (1896-1974)

Diego Rivera (1886-1957)

José Clemente Orozco (1883-1949)

El fenómeno artístico que surgió en nuestro siglo y que hoy día se conoce como la “pintura mexicana contemporánea”, lo más potente y original, lo que representa una verdadera culminación del arte moderno de Occidente, es la pintura mural, que quizá no del todo casualmente se ha producido en América. Esto no quiere decir que se resten los méritos que auténticamente tiene nuestra pintura de caballete, pero hay que recordar que la pintura mural tiene un rango de primacía en la cultura, que le dan las cualidades mismas que necesita tener y que exige del artista que se atreva con ella.

Lo excepcional de la pintura mural mexicana de nuestro siglo es haber llegado a expresar con libertad sin precedentes, las visiones del mundo particular de los artistas, en esa forma pública y monumental, expresión que antaño había estado inmersa en la tradición religiosa, permitiéndose, a lo sumo, escapes al campo también tradicional del paganismo clasicista. La individual comprehensión de un sentido de la vida y el arte, según las varias penetraciones de los pintores, jamás se había expresado en la forma monumental en que se ha hecho en México. Claro está que de la calidad y penetración de la intuición del artista depende que su propia visión y expresión sea certera y por lo tanto con sentido universal. La armonía entre el componente estético y el teorético, la novedad y la fuerza vital es lo que hace que la pintura mural mexicana sea lo que es: una de las grandes expresiones de la cultura universal contemporánea.

Veintitantos años después de iniciado el movimiento, incubado mucho antes, podemos dar fe de que sus principales iniciadores son los que han continuado y mantienen en vilo, lo que representa, a mi juicio, la mejor aportación de México a la cultura del siglo XX. Orozco tiene en proceso una gran obra, la pintura de bóvedas y muros de la Iglesia del Hospital de Jesús, hoy día retirada del culto, de la cual ha terminado dos grandes tramos, el coro y un entreje; con lo que ha ejecutado allí hasta ahora es suficiente para comprobar no la madurez, sino la propia renovación del maestro que con esta sola obra renueva, a mi parecer, toda la pintura barroca y en la que, por medio de una metáfora apocalíptica nos habla, siempre con sentido crítico, de nuestro tiempo. No es de extrañar que se le haya otorgado por ella el Premio Nacional de Artes Plásticas-1946. Rivera tiene en proceso sus pinturas de los corredores del Palacio Nacional en que con sin igual maestría está completando su visión del pasado indígena, para continuar con otros aspectos de nuestra historia. Siqueiros, quien más activo que nunca en la pintura mural ha producido en estos años importantes obras, tiene en proceso la decoración de la escalera del antiguo edificio de la Ex-Aduana, en la plaza de Santo Domingo, que promete ser, por lo que lleva realizado, quizás su obra de mayores vuelos. Otros artista como Juan O’Gorman y Rodríguez Lozano han pintado también murales en los últimos tiempos. En suma, puede decirse, que la pintura mural continúa dando sus mejores frutos y que aún puede sorprendernos con novedades.

En cuanto a la pintura de caballete ha seguido y sigue el derrotero natural que podía esperarse de un ambiente conmovido por las hazañas de los pintores murales y de grupos de artistas con carácter propio, cualidades innatas y diversidad en su preparación y edades: lo cierto es que, en primer lugar, también en este aspecto del arte los grandes pintores muralistas, Orozco, Rivera y Siqueiros han contribuído y siguen contribuyendo con lo mejor de la producción, si bien aquí otros artistas se elevan a los más altos planos. Rufino Tamayo, Julio Castellanos, Jesús Guerrero Galván, Juan O’Gorman, Manuel Rodríguez Lozano, Carlos Orozco Romero, Agustín Lazo, Roberto Montenegro, Antonio Ruiz, Gabriel Fernández Ledesma, Federico Cantú, junto con los de otras generaciones anteriores, Francisco Goitia y el Dr. Atl, son los pintores que tienen ya una formación y una obra que merecen ya la reconocida reputación de que gozan.

Hay que considerar en su justo sitio y valor las obras de las pintoras, María Izquierdo, Frida Khalo y Olga Costa, las cuales muestran o expresan mundos diversos, según su propia sensibilidad y representan positivos valores.

De otras generaciones posteriores, José Chávez Morado y Raul Anguiano se encuentran muy cerca de llegar a los primeros sitios y los más jóvenes, Como Juan Soriano, Martínez de Hoyos, Guillermo Meza y otros, hacen sus armas después de haber alcanzado grandes y prematuros aplausos.

A veces se quiere juzgar la pintura mexicana atendiendo a las obras de los más inexpertos para negar desde ahí los valores auténticos, pero dígase lo que se quiera, no hay hoy día, fuera de México, otro país que cuente con las grandes figuras de la pintura universal que, milagrosamente, surgieron allí, ni con un grupo de pintores tan distinguidos que pueden rivalizar con ventaja con los de su misma fuerza, en donde sea, porque tienen calidades tales que sus obras no pueden pasar inadvertidas y en cuanto a aquellos que “ya mero son”, representan el ejemplo que ha de tener ante sí cualquiera que se sienta vocado al difícil arte de la pintura.

México ha conquistado por el valor intrínseco de su arte contemporáneo el lugar de importancia en la cultura universal que le corresponde como creador de una expresión original y monumental, no sólo a tono con el tiempo, sino con porvenir y América puede ufanarse por eso de expresar una madurez que cambia el sentido de la historia

Justino Fernández


Justino Fernández García nació en 1901 y murió en 1972, doctorado en historia por la UNAM. Escribió diversos textos que se han considerado imprescindibles en la comprensión del arte mexicano, fue crítico de arte e investigador, laboró en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM de 1936 a 1968, del cual fue director de 1955 a 1968.

domingo, 29 de agosto de 2010

La Sociedad en la Cuba Antigua (fragmento)

Catedral de La Habana

En La habana todo era extraño. Las calles no eran más anchas que veredas o pasadizos, y a cada lado se alzaban sombrías paredes de piedra, atravesadas aquí y allá por aberturas que mostraban lo espeso de los muros y la penumbra del interior; estas aberturas hacían las veces de ventanas, pero en lugar de persianas de Venecia, o de bastidores con cristales, había en ellas pesadas barras, de modo que me estremecí creyéndome rodeado de prisiones. En algunas casas sobresalía de las ventanas un balcón enrejado, que permitía vigilar la estrecha calle en ambas direcciones. A veces podía verse a una muchacha medio vestida que se asomaba a conversar con el ostentoso rondador de la calle, mientras la volanta de largo cuerpo, como un insecto enorme, pasaba rápidamente conducida por el calesero fastuoso. Estos singulares vehículos son una necesidad a causa de la estrechez de las calles. El traje de los blancos era de lino delgado, blanco y de apariencia muy fresca, con anchos sombreros de paja. Los trabajadores negros iban tan desnudos como lo permitía la decencia, y completamende desnudos los niños negros menores de diez años.

Como pintor de miniaturas mi mayor deseo era el de aprender rápidamente el idioma, y así extender cuan amplio fuera posible el círculo de mis conocidos.

Me alojé en casa de Mr. Fin, manufacturero de cristalería fina, a cuyas exhibiciones acudía lo mejor de la sociedad habanera; y de esta forma, en poco tiempo, conocí a cientos de personas y disfruté de la oportunidad de escuchar un correcto castellano.

Hallé al caballero español galante y cortés hasta el escrúpulo; si bien, quizás, resultaba todo ello un exceso elaborado y formal para parecer sincero, perdiéndose así la impresionante gracia de la cortesía genuina. Las señoras eran muy airosas, con la seguridad y elegancia de movimientos que la danza confiere al cuerpo; pero su preparación mental no estaba a la misma altura. Sus maneras francas pronto seducen al extranjero, y el americano cree sentir que las ha conocido durante años. Pero el estilo de ambos sexos, sin embargo, se ofrece al espectador como la exhibición de una fórmula brillante para la que se fue entrenando desde la niñez, hasta convertirla casi en naturalidad. Los americanos tienen las coyunturas demasiado rígidas y son demasiado puritanos en sus maneras para pretender siquiera una imitación.

Jonathan Jenkins

Pintor, miniaturista, juez en California, diplomático, cónsul en Samoa, Encargado de negocios en México y coronel de milicias en California. Durante su estancia en México, publicó un cuaderno de dibujos de ruinas de Yucatán. En 1835 visita a Cuba; en 1859, comienza a escribir sobre su viaje. En 1898, muerto Jenkins, la revista "The Century Magazine", comenzó a publicar las notas de su viaje a Cuba.

lunes, 23 de agosto de 2010

Orfismo

Frantisek Kupka (1871-1957)

"Rhytm, Joie de Vivre" por Robert Delaunay (1885-1941)

El Orfismo fue una corriente estética adscrita, como otra variante, al movimiento abstracto que en 1912 el crítico Guillaume Apollinaire (1880-1918) le dio nombre; aunque tuvo un desarrollo posterior el cual, la mayor parte de los especialistas, ubican entre los años 1913 y 1914.

Podemos señalar como una de las características más notables del Orfismo su forma de construcción espacial, tomada del cubismo, mientras que del futurismo se apropió de esa sensación de rapidez y fugaz colorido, a la que nos remiten algunas de su obras, de formas circulares construídas a partir de colores puros y contrastantes que parecen cobrar movimiento ante los ojos del espectador.

El Orfismo tuvo entre el artista francés Robert Delaunay (1885-1941) y el Checo, Frantisek Kupka (1871-1957), dos de las figuras claves de este movimiento al que cada uno aportó lo mejor de su creatividad.

Roberto Cayuso