miércoles, 6 de enero de 2010

Dada

Francis Picabia (1879-1953)

Marcel Duchamp (1887-1968)

El movimiento dada, nació en un café cantante de Zurich en 1916 donde se recitaban poemas. Esta ciudad se había convertido a partir del estallido de la Primera Guerra Mundial en un centro de refugiados, procedentes de toda europa, que querían escapar de la guerra.

El dadaismo es considerado un movimiento de destrucción o anti-arte, como también se le conoce. Se desarrolló durante la Primera Guerra Mundial como consecuencia directa del fracaso de la inteligencia ante la barbarie que asoló a Europa durante los años del conflicto bélico (1914-1918) y posibilitó que un grupo de jóvenes intelectuales, poetas y pintores, cuestionaran seriamente no sólo los valores éticos y morales heredados, sino que fueron más allá, al poner en duda todo un pasado artístico-literario y científico.

Tristan Tzara autor de “Los Siete Manifiestos Dadá,” nos dice en una de sus partes que la palabra dada fue hallada al azar en un diccionario y por tanto no posee ningún significado especial, pues lo que importaba era dar un nombre a este movimiento. Mas adelante continúa diciendo que el dadaismo no está fundado en teoría alguna y siempre fue una protesta ante la situación mundial, la cual unida al desencanto imperante en estos momentos, nos lleva a desear la destrucción de la pintura. Quizás, cuando escribía esto se hacía eco de aquellas palabras del escritor y anarquista ruso Bakunin, cuando decía: “La destrucción es también una forma de creación”.

El dadaísmo arremetió contra los fundamentos mismos del pensamiento, poniendo en duda el lenguaje, la coherencia y las formas de expresión artísticas de entonces. Las palabras se convierten en gritos y aullidos; se prefieren los objetos encontrados casualmente, los desechos. Se rompen todas las reglas con la idea de “empezar de nuevo”. El movimiento integra poetas, escritores, pintores y músicos

“Estábamos a la búsqueda de un arte elemental que salvaría a la humanidad de la locura de aquella época”. Con estas palabras Jean Arp, miembro fundador del equipo Dadá, reflejó el verdadero sentir de este grupo que nació oficialmente en el Cabaret Voltaire de Zurich, fundado en 1916 por el poeta Hugo Ball y su esposa Emmy Hennings. A los que algún tiempo después se les unieron Hans Arp, Marcel Janco, Hans Richter, Richard Huelsenbeck y el poeta Tristan Tzara, quien llegaría a ser la cabeza más visible de este movimiento.

El movimiento Dada de Zurich se expandió hacia Alemania, Francia y New York. En Alemania Richard Huelsenbeck, introdujo en Berlin el espíritu dadaista, junto al poeta Raoul Hausman promoviendo ambos declaraciones y manifiestos a partir del “Dada Club” en donde se destacan el pintor Georg Grosz, agudo crítico del militarismo alemán y los hermanos Herfelde. El movimiento dada berlinés pasó a la historia por la incorporación de las nuevas técnicas artísticas de diffusion de ideas a través de la técnica del fotomontaje .

En New York y casi en fecha paralela a lo que venía ocurriendo en Zurich, el dada es el movimiento de moda con artistas de la talla de Marcel Duchamp, Francis Picabia y Jean Crotti en representación de la parte europea venida a New York como refugiados de la Guerra, los cuales junto con los americanos Man Ray, Morton Shamberg y otros dan vida al dada neoyorquino.

Corrían años de grandes cambios y reformulaciones; pero por sobre todo unos deseos inmensos de lograr una nueva manera no sólo de ver, sino también de pensar y que fuera capaz de romper con todos los arquetipos del pasado.

Como ejemplo de esto tenemos a dos de los artistas más importantes de este movimiento Francis Picabia, que con sus máquinas se burla de la ciencia y a Marcel Duchamp que con sus ready-made sacó objetos fuera de su contexto para situarlo en el ámbito de lo artístico. Solo con el hecho de titularlos y firmarlos confería a los objetos la categoría de obra de arte.

En 1913 concibió una obra a partir de una rueda de bicicleta colocada sobre un taburete de cocina y en 1915 presentó un urinario de porcelana puesto al revés y lo tituló ”Fontaine”.

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