miércoles, 9 de diciembre de 2009

Los "fauves" (Las fieras)



Hablando del Salon de Otoño de 1905 en París, Louis Vauxcelles, crítico de la revista Gil Blas, refiriéndose a una escultura convencional que estaba rodeada de cuadros violentamente coloreados, escribió: "Donatello parmi les fauves".

Así nació, al menos oficialmente, y fue bautizado un movimiento que constituyó, para muchos artistas, un período de liberación que marcó el momento en el que se escaparon de las convenciones del realismo y de los límites del colorido convencional, aportando con esta nueva expresión artística una utilización intensa del color en la búsqueda de una mayor fuerza expresiva del cuadro, en las que cada pintor acometía sus obras como una experiencia personal plenas de espontaneidad y frescura.

La obra de los fauves, en su intento de hallar lo simple y esencial en sus temas, los llevó a la eliminación de la perspectiva espacial, el claroscuro y al empleo de referencias formales, en muchos de sus cuadros.

Emplearon una pincelada gruesa directa y vigorosa, evitando matizar los colores. Las figuras obtenidas mediante esta técnica resultaron planas, lineales, encerradas en gruesas líneas de contorno. Crearon espacios pictóricos de carácter ornamental, basados en motivos decorativos, tomados de papeles de pared o piezas de artesanía y así se alejaron del concepto figurativo naturalista para ir hacia una esquematización de las formas.

Artistas como Henri Matisse, André Derain, Maurice Vlaminck, Raoul Dufy, Kees van Dongen, Albert Marquet y otros que buscaron la liberación de la forma a través de la exaltación del color en la pintura y no por la luz, como los impresionistas..

Hacia 1908 comienza a deshacerse el grupo de los fauves y cada uno de sus integrantes van a tomar caminos diferentes.

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